jueves, 10 de mayo de 2018

Disfemia o tartamudez. Cómo trabajar con nuestros alumnos

DISFEMIA O TARTAMUDEZ

La tartamudez o disfemia es una dificultad que provoca una alteración funcional y dinámica de la fluidez de la expresión verbal.
Su origen es complejo, pero recientes investigaciones afirman que es probable un factor genético y que su manifestación hereditaria confirma su base biológica, íntimamente relacionada a un compromiso cognitivo, lingüístico, emocional y del sistema motor del habla.

Tratamiento de la tartamudez en adolescentes y jóvenes ( La Tartamudez. Guía para profesionales y padres. Ed. Aljibe):

Cuando la tartamudez se instala en el habla de un adolescente o joven, las manifestaciones del trastorno suelen verse incrementadas tanto en su frecuencia como en si intensidad, con lo que las dificultades para atajar el problema se incrementan considerablemente.

En general, el tratamiento del trastorno puede plantearse atendiendo a tres fases sucesivas e interdependientes.
1ª) Evaluación diagnóstica del problema, que lleva a cabo el/la especialista.
2ª) Diseño y desarrollo del programa, cuya puesta en marcha y responsabilidad principal puede recaer en la maestra especialista de Ay L, pero del que debemos participar también nosotros, como maestros de PT, y el resto de profesores que quieran implicarse.
3º) Seguimiento y evaluación del programa, para reajustar el proceso de intervención.

Así, después de analizar las necesidades del alumno, nos podemos marcar los siguientes objetivos prioritarios:
a) Satisfacer las necesidades e intereses comunicativos del hablante
b) normalizar, siempre que sea posible, el lenguaje perturbado
c) Generar sus efectos a otras situaciones comunicativas.

Hay que contemplar las siguientes dimensiones: cognitiva, verbal-motora, afectivo-emocional y comunicativa.
Cognitiva:
Es crucial cómo la persona se enfrenta a su situación (si es de forma positiva o negativa). Cuando las percepciones, expectativas, ideas y pensamientos del sujeto son negativas, la reestructuración cognitiva del alumno se convierte en un factor prioritario y determinante.
Hay que identificar aquellas ideas negativas que vayan a bloquear al alumno para desecharlas.
Verbal-motora:
En esta dimensión es donde trabaja directamente nuestra compañera de Audición y Lenguaje (Ay L), Rocío Trujillo, porque consiste en trabajar aspectos directamente relacionados con el lenguaje (respiración, voz, ritmo, elementos prosódicos del habla...), centrándose en los tres componentes básicos del habla (respiración, fonación y articulación).
Afectiva-emocional, se dirige a eliminar o aminorar las conductas fóbicas, esquivas, del sujeto, a través de tareas de relajación preferentemente, porque disminuye la tensión neuromuscular y las respuestas fisiológicas inherentes a estados de ansiedad.
Esto lo podemos hacer a través, por ejemplo, de l relajación progresiva de Jacobson (contraer un músculo para tomar conciencia del mismo y luego, aflojarlo) y, además, centrando nuestra atención en la respiración, para lo que son muy útiles cualquiera de nuestras actividades de mindfulness.
Dimensión comunicativa:
Pretende que se mejoren los aspectos sociales de la comunicación. Para ello, trabajar habilidades sociales es fundamental.
Tratamiento conductual:
Dicho tratamiento abarca tres aspectos:
1º) Creación de nuevas conductas
2º) Incremento de frecuencias en conductas ya existentes
3º) La eliminación de conductas no deseadas.
L intervención individual se desarrolla a partir de la aplicación controlada de reforzadores y estímulos, mediante técnicas y/o procedimientos conductuales cuya finalidad es incrementar su repertorio de conductas deseadas.
Cuando se ha llevado a cabo una intervención individual, se procede a intervenir sobre el entorno
El objetivo del tratamiento se orienta a la adquisición de un habla normalizada a partir de un paso previo: habla enlentecida pero sin tartamudeo. Se pretende solucionar la tartamudez recurriendo a procedimientos y técnicas (metrónomo, silabeo, cuchicheo...) que desarrollan conductas opuestas a un habla disfémica; pero el pronóstico es sumamente incierto y la sintomatología que presenta puede verse aliviada o acrecentada por variables externas muy diversas.

En cualquier caso, el tratamiento debe plantearse de forma personalizada, e ir ajustándose al alumno en concreto en función de si descienden o no los niveles de los que partimos.

Centrándonos ahora en  nuestro centro, de entre los diferentes alumnos que tenemos, hay uno en particular que se comunica muy poco con los compañeros y profesores porque su disfemia, creemos,  es bastante severa.
Con un ejercicio que consistía en alargar las sílabas  mientras leía (silabeo: eeeeel coooo-cheeee-eeeees-táaaaaa-suuuuu-cioooo), este chico es capaz de leer un sin trabarse.
La primera vez que Rocío le pidió que leyese así delante de mí,  y vi su cara de satisfacción, me emocioné. La idea era generalizar a su clase este ejercicio, y leer delante de todos sin temor.
Hace poco llegó a mis manos un vídeo en el que un chico que también presentaba una disfemia, pero más grave y leía una poesía con ritmo y entonación gracias a hacerlo a la vez que oía música con unos cascos.
Así que le pregunté a nuestro alumno si quería probar, y me contó que ya lo había hecho muchas veces en el colegio y que le gustaba. Así que, ¿por qué no tener en clase unos auriculares, y aprovechando que todos llevamos música en el teléfono, prestárselos cuando les apetezca?

El resultado fue algo así:

https://drive.google.com/file/d/12IXFphNdXjRe152shBzLfi5H557HzrBD/view?usp=sharing



Y en la línea de aumentar el trabajo desde la dimensión afectivo-emocional que comentábamos arriba, añadir  que la adolescencia es una edad muy delicada respecto a la construcción de una autoestima positiva, y cuando existe algún factor que nos diferencia de los demás, el trabajo aumenta. Y si este factor puede desencadenar que los compañeros se burlen de nosotros, el trabajo en esta línea se convierte en imprescindible.

En este enlace, podemos analizar por qué sufren los niños que tienen tartamudez, y cómo podemos ayudarles.
https://sintartamudear.com/el-sufrimiento-en-los-tartamudos/


Para concluir o resumir, decir que el trabajo en la línea que nosotros llevamos a cabo, con los tres pilares básicos de autoestima, habilidades sociales y mindfulness, junto con un trabajo más específico a manos de la especialista de audición y lenguaje, e implicando al resto de profesores, compañeros de clase y familia, va a garantizar el éxito del programa de intervención que se lleve a cabo con estos alumnos.






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