Estoy muy contenta de empezar un curso nuevo.
Me ilusiona encontrarme con alumnos que ya conozco, conocer a alumnos nuevos, planificar sesiones distintas y marcarme nuevos retos.
Y me gusta pensar que los alumnos empiezan con la misma ilusión que yo, o mucha más, y que van a encontrar en el centro un lugar donde aprender, relacionarse y disfrutar a partes iguales.
Pero para los alumnos no siempre es fácil lo que implica cambiar de centro.
Se enfrentan a un contexto distinto. Todos los profesores son nuevos; pueden compartir los compañeros, pero en muchos casos no es así y no conocen a nadie.
Si a esto, añadimos que muchos de estos alumnos, concretamente los nuestros, los alumnos con necesidad específica de apoyo educativo, pueden traer consigo una historia escolar cargada de fracasos e inseguridades, y nos lo encontramos en una fase de su desarrollo personal en el que están atravesando muchos cambios , nuestra responsabilidad como docentes para estar atentos, en la medida de nuestras posibilidades, y propiciarles una buena acogida, es crucial.
Y no me cabe la menor duda de que así es y será en la inmensa mayoría de los casos.
Así, debemos procurar que se sienten cerca de nuestra mesa; asegurarnos de que se integran con sus compañeros, que participan de las actividades grupales; que sus adaptaciones curriculares se ajustan verdaderamente a su nivel de competencia curricular, etc.
Y por supuesto, contar con los integrantes del Departamento de Orientación para cualquier duda relacionada con la elaboración de dichas adaptaciones y de cualquier otro aspecto relativo al trabajo de estos alumnos.
Con todo ello, espero y deseo que para todos, este curso 18/19 sea un curso maravilloso.
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